Bienvenido a mi sección de Preguntas Frecuentes, donde despejaré dudas y te ofreceré claridad sobre el fascinante mundo de la psicoterapia y el coaching. Aquí encontrarás respuestas a las preguntas más comunes, guiándote hacia un entendimiento más profundo de cómo estas poderosas prácticas pueden transformar tu vida.

¡Explora y descubre el camino hacia tu bienestar emocional y personal!

La psicoterapia es un proceso de ayuda profesional que busca mejorar la salud mental y el bienestar de las personas que sufren algún tipo de problema psicológico, emocional o relacional. Existen muchos tipos de psicoterapia, que se pueden clasificar según sus objetivos, sus métodos, sus técnicas o sus marcos teóricos.

Es una pregunta que muchas personas se hacen en algún momento de su vida. No existe una respuesta única ni definitiva, pero hay algunas señales que pueden indicar que la psicoterapia puede ser beneficiosa. Algunas de estas señales son:

  • Sentir un malestar emocional persistente o intenso, como ansiedad, depresión, ira, culpa o tristeza.
  • Tener dificultades para afrontar o resolver algún problema personal, familiar, laboral o social.
  • Experimentar un cambio significativo o una pérdida en la vida, como una ruptura, un duelo, una enfermedad o un traslado.
  • Repetir patrones de conducta o de relación que causan sufrimiento o insatisfacción.
  • Querer mejorar algún aspecto de la personalidad, la autoestima, las habilidades sociales o la comunicación.
  • Buscar un espacio de apoyo, escucha y comprensión donde poder expresarse libremente y sin juicios.
  • Buscar un espacio de crecimiento personal, donde poder explorar sus potencialidades, sus valores, sus objetivos y sus deseos.

Estas son solo algunas situaciones que pueden motivar a buscar ayuda, pero no son las únicas. Cada persona es diferente y tiene sus propias razones para iniciar un proceso terapéutico. Lo importante es reconocer cuando se necesita ayuda y dar el primer paso para pedirla.

En cualquiera de estos casos, el terapeuta debe ofrecer una escucha activa, empática y respetuosa, así como una orientación y un acompañamiento profesional, basados en el conocimiento científico y en la experiencia clínica. El psicoterapeuta puede ayudar al cliente a comprender mejor su situación, a identificar y modificar sus patrones de pensamiento, emoción y conducta que le generan malestar, a desarrollar sus recursos personales y a afrontar los retos que se le presenten. La psicoterapia es un proceso colaborativo, donde el cliente es el protagonista de su propio cambio y el psicoterapeuta es su aliado y su guía.

El coaching profesional es un proceso de acompañamiento y desarrollo personalizado que tiene como objetivo potenciar el rendimiento, el aprendizaje y el bienestar de una persona o un equipo en el ámbito laboral. El coach profesional facilita el autoconocimiento, la definición de objetivos, la identificación de recursos, la superación de obstáculos y la evaluación de resultados de su cliente o coachee, mediante el uso de herramientas y técnicas específicas.

El coaching profesional se basa en la confianza, la comunicación, la escucha activa, el feedback, la motivación y el compromiso mutuo entre el coach y el coachee.

El coaching personal es un proceso de acompañamiento y desarrollo humano que tiene como objetivo ayudar a una persona a alcanzar sus metas y objetivos personales o profesionales. El coach es un facilitador que guía al cliente a través de preguntas, ejercicios y herramientas que le permiten tomar conciencia de sus fortalezas, debilidades, valores, creencias y motivaciones.

Para eso hazte la siguiente pregunta, ¿Estoy viviendo una vida basada en mis valores y sueños, o estoy atrapado en hacer una vida para gustar a lo demás?

Son adecuadas las sesiones de coaching cuando:

  • Quieres lograr un objetivo concreto.
  • Tienes un problema que te impide lograr tus sueños u objetivos.
  • Estás parado sin saber cómo comenzar un proyecto, meta personal o profesional.
  • Decides equilibrar tu vida privada y laboral.
  • En definitiva, cuando deseas ser o tener aquello que tanto esperas de ti mismo y/o de tu profesión y estés dispuesto a hacer lo posible para lograrlo.

El Counseling o Consultoría Psicológica es una corriente asistencial que se origina en los años 30 en los Estados Unidos de América como opción prestacional en salud. En 1987, la Organización Mundial de la Salud -OMS- lo presenta como el método más oportuno y apropiado para brindar ayuda, apoyo y prevenir conflictos.

Su objetivo es preventivo orientando a aquellas personas que se encuentren en momentos difíciles de su vida, pero cuyas situaciones críticas vitales no se pueden considerar problemáticas psicopatológicas.

El Counselor trabaja con técnicas para empoderar a las personas y motivarlas a resolver sus propios conflictos.

El Counseling tiene como finalidad acompañar y ayudar profesionalmente a las personas en momentos vitales críticos de su vida, tales como: afrontamiento de cambios, duelos, crisis familiares o de pareja, el diagnóstico de enfermedades de difícil abordaje, orientación vocacional, entre otras; con el fin de ayudar a la recuperación del equilibrio emocional, al mejoramiento de las relaciones interpersonales y al desarrollo del potencial humano, es decir, el Counseling trabaja con el modelo salutogénico .

El Counseling es psicoprofiláctico pues está dirigido a personas que no presenten patologías psicológicas y que en ciertos momentos de su vida atraviesan adversidades y elecciones o decisiones difíciles de ejecutar que requieren apoyo emocional.

El Counseling surge para subsanar carencias de apoyo que toda persona necesita en momentos importantes de su vida, y que la actual la sociedad y familia proporcionan cada vez menos.

Asimismo, el Counselor tiene el rol de mediador porque promueve el desarrollo de conductas que favorecen mejores relaciones interpersonales, orientadas hacia un resultado más beneficioso para las partes enfrentadas en relaciones conflictivas, mediante estrategias que lleven al cliente al autoconocimiento, al despliegue de su creatividad, de sus potencialidades, al mejoramiento de sus relaciones familiares, laborales e interpersonales.

Psicoterapia, coaching y Counseling, son tres tipos de intervención psicológica que tienen como objetivo ayudar a las personas a mejorar su bienestar, resolver sus problemas o alcanzar sus metas. Sin embargo, existen algunas diferencias importantes entre ellos que conviene conocer para elegir el más adecuado según la situación.

La psicoterapia es un proceso de tratamiento científico que se basa en la aplicación de técnicas psicológicas para identificar y modificar los pensamientos, emociones o conductas que causan malestar o dificultan el funcionamiento de la persona. La psicoterapia requiere de una formación y suele estar orientada a tratar trastornos mentales o problemas clínicos.

El coaching es un proceso de acompañamiento que se basa en el uso de herramientas de comunicación, motivación y planificación para facilitar el desarrollo personal o profesional de la persona. El coaching suele estar orientado a potenciar las habilidades, capacidades o recursos de la persona.

El counseling es un proceso de asesoramiento que se basa en el establecimiento de una relación de ayuda para ofrecer apoyo, orientación o información a la persona. El counseling suele estar orientado a afrontar situaciones de crisis, cambio o conflicto.

Para elegir el tipo de intervención psicológica más adecuado para ti, debes tener en cuenta tus necesidades, objetivos y expectativas. No existe una respuesta única, ya que cada persona es diferente y cada situación también. Sin embargo, puedes seguir algunas pautas generales:

– Si sufres de un trastorno del estado de ánimo, como depresión, ansiedad, fobias, miedos, o duelos complicados. La psicoterapia puede ser de gran ayuda.

– Quieres mejorar algún aspecto de tu vida personal o profesional, puedes optar por un proceso de coaching que te ayude a descubrir y potenciar tus recursos, definir y alcanzar tus metas, y superar los obstáculos que te impiden avanzar.

– Si estás atravesando una situación emocional difícil que te genera estrés, ansiedad o confusión, puedes recurrir a un counselor que te brinde apoyo emocional, orientación e información para afrontar el problema y tomar decisiones.

En cualquier caso, es importante que busques un profesional con experiencia, formación y ética, que se adapte a tu estilo y a tus preferencias, y que establezca contigo una relación de confianza, respeto y colaboración.

La ansiedad y la depresión son dos trastornos del estado de ánimo, que afectan a millones de personas en el mundo. Ambos se caracterizan por un estado de ánimo negativo, una baja autoestima, una falta de interés por las actividades que antes se disfrutaban y dificultades para afrontar los problemas cotidianos. Sin embargo, no son lo mismo.

La ansiedad es una respuesta emocional ante una situación percibida como amenazante, que se manifiesta con síntomas físicos como taquicardia, sudoración, temblores o dificultad para respirar.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que implica una tristeza profunda, una pérdida de esperanza, una sensación de vacío y un pensamiento negativo sobre uno mismo, el futuro y el mundo.

Ambos trastornos requieren de un diagnóstico profesional y un tratamiento adecuado, que puede incluir psicoterapia, medicación o ambos. No se debe subestimar la gravedad de estos problemas, ya que pueden afectar seriamente la calidad de vida y la salud de las personas que los padecen.

La angustia y la ansiedad son dos conceptos que a menudo se confunden o se usan indistintamente, pero que tienen diferencias importantes. La angustia y la ansiedad tienen en común que son respuestas del organismo ante el estrés, pero se diferencian en el origen, la duración y la intensidad de las mismas. La angustia suele ser más aguda y breve, y se relaciona con un estímulo específico que provoca miedo o pánico. La ansiedad suele ser más crónica y difusa, y se asocia con una anticipación negativa de lo que puede ocurrir. Ambas pueden requerir tratamiento psicológico o farmacológico si se vuelven frecuentes o incapacitantes, y pueden beneficiarse de técnicas de relajación, respiración o meditación para reducir sus efectos.

¿Cómo se manifiestan?

La angustia es una emoción intensa y desagradable que surge ante una situación de peligro real o imaginario, y que se manifiesta con síntomas físicos como taquicardia, sudoración, opresión en el pecho, náuseas, etc.

La ansiedad es un estado de inquietud, nerviosismo o preocupación excesiva por el futuro, que puede afectar al rendimiento, a la salud o a las relaciones personales. La ansiedad puede ser adaptativa, cuando nos ayuda a prepararnos para afrontar un desafío o una amenaza, o patológica, cuando es desproporcionada, persistente o irracional, y genera un malestar significativo o una interferencia en la vida cotidiana.

La tristeza profunda y la depresión son dos conceptos que a menudo se confunden, pero que tienen importantes diferencias tanto en su naturaleza como en sus consecuencias. La tristeza profunda es una emoción negativa que surge como respuesta a una situación dolorosa o difícil, como la pérdida de un ser querido, el fracaso de un proyecto o la ruptura de una relación. La tristeza profunda es normal y adaptativa, ya que nos ayuda a procesar lo que nos ha ocurrido y a buscar apoyo y consuelo. La tristeza profunda suele ser temporal y disminuye con el tiempo y el cambio de circunstancias.

La depresión, en cambio, es un trastorno psicológico que se caracteriza por una tristeza persistente y profunda que no se relaciona con ninguna causa externa, o que es desproporcionada a la misma. La depresión afecta a todos los ámbitos de la vida de la persona, interfiriendo en su funcionamiento diario, su autoestima, su motivación, su salud física y sus relaciones sociales. La depresión no se supera por sí sola, sino que requiere de un tratamiento profesional adecuado.

Algunas de las principales diferencias entre la tristeza profunda y la depresión son las siguientes:

  • La tristeza profunda tiene una causa identificable, mientras que la depresión puede no tenerla o ser inespecífica.
  • La tristeza profunda es proporcional a la situación que la provoca, mientras que la depresión es desproporcionada o excesiva.
  • La tristeza profunda dura un tiempo limitado, mientras que la depresión se prolonga durante meses o años.
  • La tristeza profunda no afecta al funcionamiento global de la persona, mientras que la depresión sí lo hace, generando dificultades en el trabajo, el estudio, el ocio, el sueño, el apetito, etc.
  • La tristeza profunda permite experimentar momentos de alegría o placer, mientras que la depresión impide sentir cualquier emoción positiva.
  • La tristeza profunda no necesariamente altera la autoestima de la persona, mientras que la depresión suele ir acompañada de sentimientos de culpa, inutilidad o desesperanza.
  • La tristeza profunda no siempre implica pensamientos suicidas, mientras que la depresión puede generarlos o aumentarlos.

 

En conclusión, la tristeza profunda y la depresión son dos fenómenos distintos que requieren de diferentes formas de afrontamiento y ayuda. Es importante saber reconocerlos y diferenciarlos para poder actuar en consecuencia y sobre todo buscar el apoyo necesario en cada caso.

La terapia de pareja es un proceso psicológico que tiene como objetivo ayudar a resolver los conflictos, mejorar la comunicación y fortalecer el vínculo afectivo entre dos personas que mantienen una relación sentimental. Se trata de un espacio de confianza, respeto y colaboración, donde el terapeuta facilita el diálogo y la comprensión mutua, así como la búsqueda de soluciones satisfactorias para ambos.

Existen diferentes motivos por los que una pareja puede acudir a terapia, pero en general se recomienda hacerlo cuando se percibe que hay un deterioro en la calidad de la relación, que se manifiesta en forma de discusiones frecuentes, falta de intimidad, infidelidad, celos, desconfianza, insatisfacción o indiferencia. También puede ser útil cuando se atraviesan situaciones difíciles que afectan a la pareja, como una enfermedad, una pérdida, un cambio laboral o familiar, o una crisis vital.

No existe un momento exacto para acudir a terapia de pareja, pero lo ideal es hacerlo cuanto antes, cuando los problemas aún son manejables y no se ha perdido el interés o el cariño por el otro. De esta manera, se evita que los conflictos se agraven y se cronifiquen, y se aumentan las posibilidades de recuperar el bienestar y la armonía en la relación.

No, tener un trastorno emocional no significa estar loco. Los trastornos emocionales son condiciones que afectan la forma en que una persona piensa, siente, se comporta o se relaciona con los demás. Pueden tener diversas causas, como factores biológicos, genéticos, ambientales o psicológicos. Son muy comunes y pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género, cultura o nivel socioeconómico y no son una debilidad o una falla de carácter, sino un problema de salud que requiere atención y tratamiento adecuados.

Los trastornos emocionales pueden causar sufrimiento y dificultades en el funcionamiento diario de las personas que los padecen, así como de sus familiares y allegados. Sin embargo, existen tratamientos efectivos y recursos de apoyo que pueden ayudar a las personas a recuperar su bienestar y calidad de vida.

Algunos ejemplos de tratamientos son la psicoterapia, los medicamentos, la terapia ocupacional, la rehabilitación psicosocial o la educación para la salud mental. El tipo y la duración del tratamiento dependerán de las características y necesidades de cada persona y de su trastorno.

Es importante que las personas que los sufren busquen ayuda profesional y que no se sientan avergonzadas o estigmatizadas por su condición. También es importante que la sociedad en general tenga una actitud respetuosa, comprensiva y solidaria para con ellos.

Ir al contenido